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Neuropsic. Graciela Montes

Atención de salud mental inclusiva para todos

Graciela Montes Ruiz

Psicóloga Clínica 

​

Neuropsicóloga

​

Maestría en Psicoterapia Cognitivo Conductual

​

Doctorado en Psicología y Educación

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La neuropsicología y la neuroimagen son dos campos que se complementan muy bien, pero tienen enfoques y herramientas distintas.

 

La Neuropsicología se centra en el estudio de cómo las estructuras cerebrales y los procesos cerebrales influyen en el comportamiento y las funciones cognitivas.

 

Los neuropsicólogos suelen trabajar con pacientes que han sufrido lesiones cerebrales o enfermedades neurológicas, como un accidente cerebrovascular, un traumatismo craneoencefálico o enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer.

 

Para evaluar las alteraciones cognitivas o conductuales, utilizan baterías de pruebas psicológicas, entrevistas y observación. Su objetivo es comprender cómo el daño en áreas específicas del cerebro afecta funciones como la memoria, el lenguaje, la atención, la percepción y las habilidades ejecutivas.

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Por otro lado, la neuroimagen se refiere a un conjunto de técnicas que permiten visualizar el cerebro y sus estructuras internas. Estas técnicas no solo se utilizan para investigar el cerebro sano, sino también para estudiar cómo se ve afectado por diversas patologías. Algunas de las técnicas más comunes de neuroimagen incluyen:

​

  • Resonancia Magnética (RM): proporciona imágenes detalladas de las estructuras cerebrales.

  • Tomografía por emisión de positrones (PET): mide la actividad metabólica del cerebro y puede detectar áreas con alta o baja actividad.

  • Tomografía computarizada (TC): utilizada principalmente para detectar lesiones o hemorragias cerebrales.

  • Electroencefalografía (EEG): mide la actividad eléctrica del cerebro, muy útil para estudiar trastornos como la epilepsia.

  • Resonancia Magnética funcional (fMRI): mide la actividad cerebral en tiempo real, observando cómo el cerebro responde a tareas o estímulos.

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Beneficios de la Terapia Cognitivo-Conductual (TCC)

 

La Terapia Cognitivo-Conductual (TCC) es una de las modalidades más efectivas y científicamente respaldadas en el tratamiento de una variedad de trastornos emocionales y psicológicos.

 

Se enfoca en identificar y modificar patrones de pensamiento y comportamiento que afectan negativamente la vida diaria.

 

Mejora el Manejo de Pensamientos NegativosLa TCC ayuda a las personas a identificar y desafiar pensamientos automáticos negativos que pueden generar ansiedad, tristeza o estrés.

 

Al reemplazar estos pensamientos por otros más realistas y equilibrados, los pacientes logran sentir un mayor control sobre sus emociones.

 

 Desarrollo de Habilidades para Resolver ProblemasMediante técnicas específicas, la TCC enseña a los pacientes cómo abordar los problemas de manera más efectiva.

 

Esto les permite enfrentar situaciones difíciles con mayor resiliencia y sin sentirse abrumados.

 

Reducción de la Ansiedad y el Estrés al aprender a controlar los pensamientos irracionales y las reacciones emocionales ante situaciones estresantes, los pacientes experimentan una notable reducción de los niveles de ansiedad y estrés, mejorando su bienestar general.

 

Mejora del Estado de ÁnimoLa TCC es especialmente eficaz para tratar trastornos como la depresión.

 

Ayuda a modificar los patrones de pensamiento que contribuyen a la baja autoestima y la desesperanza, promoviendo una visión más positiva de la vida.

 

Enfoque Estructurado y Breve La TCC es una terapia orientada a objetivos, lo que significa que es más concreta y enfocada que otros enfoques terapéuticos.

 

Además, generalmente tiene una duración más corta, lo que la convierte en una opción práctica para quienes buscan resultados en menos tiempo.

 

Mejora de las Relaciones Interpersonales a través de la modificación de pensamientos y comportamientos disfuncionales, la TCC también favorece el desarrollo de habilidades sociales, mejorando la calidad de las relaciones interpersonales y reduciendo los conflictos emocionales.

 

Prevención de recaídas uno de los grandes beneficios de la TCC es su enfoque en enseñar a los pacientes estrategias que pueden utilizar a lo largo de su vida para prevenir recaídas, garantizando que los avances conseguidos sean sostenibles a largo plazo.

 

Versatilidad y Adaptabilidad la TCC es eficaz en el tratamiento de una amplia variedad de trastornos, tales como ansiedad, depresión, trastornos de la conducta alimentaria, trastorno obsesivo-compulsivo (TOC), fobias, entre otros.

 

Su adaptabilidad permite que se personalice según las necesidades de cada paciente.

 

Mejora de la Autoestima y la Autocompasión la TCC no solo ayuda a modificar los pensamientos negativos, sino también a fomentar una mayor aceptación y compasión hacia uno mismo, lo que refuerza la autoestima y promueve un mayor bienestar emocional.

 

Fomento de la Autonomía del Paciente a diferencia de otras terapias que pueden requerir una dependencia más continua del terapeuta, la TCC enseña herramientas prácticas que los pacientes pueden usar por sí mismos, promoviendo una sensación de empoderamiento y autonomía en su proceso de sanación.

Contacto

Avenida Lomas del Valle #1059-A

Lomas del Valle, 66256

San Pedro Garza García, N,L.

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